Battambang

De Siem Reap nos cogimos una guagua que nos dejaría en la segunda ciudad más grande de Camboya. Teniendo en cuenta que Phnom Penh, que es la capital, apenas sobrepasa el millón y medio de habitantes, de esta ciudad lo que se puede esperar no es más que un pueblo grande, donde el centro neurálgico se organiza en torno a los mercados, y el bullicio y la vida de la ciudad gira en torno al mercadeo. Nos encanta esto de los mercados. Es casi lo que más disfrutamos cuando llegamos a un nuevo lugar. Allí puedes comprar de todo: Desde fruta hasta jabón para lavar la ropa. En los mercados solemos comer, junto con los locales y trabajadores del mercado. Siempre se nos quedan mirando, algunos nos sonríen, otros se ríen tímidamente y a otros ni les sorprende vernos. En los mercados no hay una excesiva variedad de comida, casi siempre es sopas y arroz con,.... carne de perro en salsa, verduras con cerdo, carne en salsa con huevos, verduras salteadas,... lo típico de Asia, vamos. Pero también, a veces, en los mercados es donde tienes la oportunidad de probar la variedad de comida local a un precio irrisorio. 

 Mercado central de Battambang.

 En los puestos callejeros se vende de todo, incluso cochinos asados y patos.

 Estos puestos de cambio de divisas los encuentras en todas las ciudades y cambian cualquier moneda, y cuando digo cualquier es cualquier.

 Famoso medio de transporte de Asia, el tuk-tuk.

"¿Tuk-tuk sir?" No sé ni cuántas veces hemos escuchado esta frase.

 Si quieres poner gasolina más barata que en una gasolinera, estos son tus sitios.

 El aparcamiento de motos del mercado secundario de Battambang.

 Dentro del mercado en la parte de carnicería, el olor a carne cruda es fortísimo.

 Todo tipo de noodles a la venta

 Lichis en uno de los puestos de frutas.

 Venden hasta el equipaje de la seleción con la estrellita y todo.

La ciudad está bañada por un río, y por las noches, a la orilla del mismo hay un "mercado" nocturno (no son más que puestos de comidas uno pegado al lado del otro) donde, para nuestra sorpresa, no había turistas, sólo nosotros ante el peligro: Aquí no hablan inglés muy bien, y a veces creemos que no nos entendemos del todo, sobre todo cuando a dinero se refiere. Intentamos pedir comida, pero nos dan un precio que apenas tiene sentido. Entonces, con toda nuestra persistencia, interrumpimos de nuevo al apurado chico que está haciendo zumos, como si de cortados se tratase a primera hora de la mañana en un bar de España, y él, con toda su paciencia intenta entendernos. Y lo conseguimos. Al final, comemos lo que queremos por un precio con sentido. Y bebemos cervezas frías o con hielo en el peor de los casos (no nos podemos olvidar que estamos en un sitio local) al precio local, a la orilla del río, sintiendo el "fresquito" que la noche nos ofrece. 

De Battambang hacemos parada técnica de nuevo en la capital. Nuestra idea es dirigirnos hacia el oeste del país para pasar la frontera hacia Tailandia en unos días. En Phnom Penh nos dedicamos a caminar, descubriendo nuevos lugares que la ciudad esconde y mercadeando en un mercado que no conocíamos y que descubrimos por casualidad, cuando llegamos a la ciudad, caminando por la calle 123 o Charles de Gaulle, mucho más  interesante y grande que el mercado central y que el ruso. Aquí pudimos ver la verdadera vida de mercado lleno hasta los topes de cualquier tipo de mercancías, desde especias hasta menaje, pasando como no, por todo tipo de alimentos, y comprobamos cómo los camboyanos hacen sus compras diarias.

Wat Phnom. Punto donde comenzó la ciudad. La gente local viene aquí a pedir por la buena suerte.

Después de dos noches en la ciudad nos dirigimos a Koh Kong, nuestra última parada en Camboya, para dirigirnos de nuevo a Tailandia.

Un beso y un abrazo fuerte a todos. Escriban en los comentarios para poder sentir la energía aunque en España la cosa esté jodida. Ahul.