domingo, 26 de febrero de 2012

Hue y Hoi An

Hue

Por fin dejamos el frío atrás y llegamos a Hue, ciudad de los emperadores, donde estuvieron por siglos y la que fuera capital de Vietnam hasta 1945. Bañada por el río Perfume, para nosotros no tuvo más encanto que el gastronómico, aunque tiene una ciudadela donde están todos los monumentos y edificios de la época imperial, bordeada por una muralla que la envuelve y la separa de la nueva ciudad y el bullicio.
Esta compañía de taxis es un poco...

Pero es en esta región del país donde hemos probado diversos platos típicos vietnamitas por muy poco dinero, aunque por el hecho de ser extranjeros pagamos significativamente más que ellos. En cualquier caso, para nuestros bolsillos es muy asequible y sigue siendo barato, aunque a veces sea molesto ver que por lo mismo a ti te cobran más,.... Los vietnamitas estos...!!!
Esta tortita frita de harina de arroz se envuelve con el papel de arroz y se come mojándolo en la salsa de manises. Su nombre es Banh Xeo (7000 dongs cada una)

Estos platos tienen una base que es el arroz, ya sea en forma de harina y frita o en forma de tallarines. Luego, se acompañan de langostinos, carne de cerdo guisada, que se asemeja el sabor muchísimo a nuestra pata asada, y muchas hortalizas de hojas y hierbas aromáticas. Las salsas son también indispensables para acompañar cualquier plato, desde la de manises con chili hasta una parecidísima a nuestro mojo picón, pero cuando digo parecida, es por no decir igual, aunque,... no sé yo si hay mojo picón taaaannn picante, pero el olorcito a ajo apetecible del mojo, lo tenía. De hecho fue una sorpresa, no tan grata, que picara tanto. 

Hoi An

A Hoi An llegamos desde Hue en tan solo 4 horas en guagua. Ésta es la ciudad de los sastres y farolillos, ciudad pintoresca donde las haya. La que fuera una ciudad multicultural habitada por chinos, japoneses, holandeses y franceses dedicada el comercio, aún mantiene un encanto extraordinario con su casco antiguo y casas de color amarillo adornadas por farolillos de color rojo en su mayoría y declarada Patrimonio de la Humanidad.
 
  
Puente hecho por los japoneses para unir los dos barrios de la ciudad.
 


Es turística, como no, pero a pesar de esto, no hemos estado tan mal. Hemos seguido deleitándonos con la comida tradicional en el mercado local por el día y a la vereda del río por las noches a precios asequibles. También, saboreando su café con hielo exquisito, que sabe a galleta, y tomando sus cervezas nocturnas por 10000 dongs (pasar el puente del río y justo el restaurante de enfrente). Por la comida, no hemos pagado más de 20000 dongs. Eso sí, regatear duro siempre, y si no hay manera de que bajen precios, ir a otros, que siempre hay gente más honesta que otra, y oferta no falta.
Cao Lau. Plato típico y único de Hoi An. Delicioso.
Tiene una playa a 5 km. a la que fuimos caminando el primer día y en bici el segundo (hacía demasiado calor como para repetir la experiencia). Lo mejor de la playa fue llegar empapados en sudor y comprobar que el mar de la China Meridional está frío. Eso fue el regalazo que nos pegamos después del pateo. La playa está, además, bastante bien. Arena fina y amarilla blanquecina y mar transparente. Una delicia. Y la ruta hacia la playa es bastante encantadora con arrozales y la vida local alrededor del río,... quizás por eso el agua del mar no estaba excesivamente salada.
Mucha gente acude aquí exclusivamente por su belleza, otras por su historia y otras por la oportunidad de que cualquier sastre te haga en horas, una prenda única por un precio irrisorio comparado con los precios occidentales. También te hacen zapatos, sandalias, tenis, botas,...a medida.

Esto por ahora. En pocos días más cositas nuevas que contar.

Besos miles a todos. 

martes, 21 de febrero de 2012

Hanoi y Halong Bay

Entrar en Hanoi fue divertido. Llegamos tempranísimo por la mañana, a las 4:30 a.m. (esas horas sólo son para acostarse) y nada más bajarnos de la guagua donde casi no habíamos pegado ojo, ya estaban los buitres salibando esperando a su presa. Los taxistas ansiosos de llevar a cualquiera de nosotros para meterles una clavada y no trabajar más en todo el mes, por lo menos. Casualmente viajábamos sólo 6 turistas, por lo que decidimos todos empezar a andar por la ciudad. Desde el sur que nos dejó la guagua, teníamos que llegar al barrio (Old Quarter) donde se encuentra toda la oferta alojativa,... claro, no teníamos prisa por llegar por lo temprano que era. Así que emprendemos el camino sin más. La sorpresa fue que, cuando llevábamos una hora caminando, tropezamos con música que en principio no atinábamos a identificar de dónde venía hasta que íbamos acercándonos y vimos a montones de mujeres bailando y haciendo aerobic en un parque (bueno, miento, también había un señor relativamente mayor y otro más joven, enchaquetado que estaba haciendo su sesión antes de ir al curro, pero como dice Migue, el pureta era el mejor,... qué risas!!!) 
 Las guaguas para dormir aquí están hechas para enanos!!
 La clase de aerobic a las 5 de la mañana!!
Tras la paradita de rigor y el bailoteo para echarnos unas risas emprendemos la marcha de nuevo. Ya sabíamos que estábamos en un parque a unos 2 km de nuestro destino, pero aún era pronto y no había amanecido, por lo que continuamos pero con la calma. La ciudad empezaba a gustarnos. La vimos despertarse y el ruido empezaba poco a poco a coger protagonismo. Ésta empezaba a ganar puntos en nuestra escala de valores. Cuando más puntos ganó fue al llegar al centro, donde las callejuelas se hacían eco entre las grandes avenidas arboladas. Esta ciudad nos ha parecido como los barrios del Raval, el Gótico o Gracia de Barcelona, por mucho que andes por ella, siempre te pierdes y te encuentras en cuestión de segundos. De hecho nuestro turismo se ha basado en descubrirla perdiéndonos todos los días. Es la mejor manera de conocerla y llegar a lugares que jamás hubieras pensado que encontrarías. Es la ciudad más típica y pintoresca de Asia que hemos visitado: la mezcla de gente, ruido, motos, comida en la calle, luces de neón, colores, olores, vendedores ambulantes,... En definitiva, y a pesar del frío que hace en esta época (hasta 9º de mínima) la vida en la calle es una constante.

El carácter de Vietnam puede chocar un  poco al principio cuando llegas. Por todo hay que regatear, desde las habitaciones, hasta la comida o los cigarros y esto puede parecer agotador, pero es la dinámica del país. Sabiendo de antemano que los turistas pagamos hasta 10 veces más por las cosas, el regateo se convierte en un juego que a veces es ridículo. Por el café puedes llegar a pagar, si quieres, hasta 2€,... absurdo!!! Cuando realmente ya descubrimos que no cuesta más de 40 céntimos (10000 dongs), pero a veces prefieren no vendértelo a rebajarte el precio a lo que es. Y como esto casi todo. Lo mismo por un plato de comida. 

A pesar de estas "dificultades" propias de ser turista y parecer un cajero andante, la ciudad tiene su gracia y encanto y no ha sido tan difícil como la gente nos decía. Tiene mercados, mercadillos, un lago, una vida nocturna muy apetecible, vida callejera, tráfico, gente. Lo más sorprendente de todo es la cantidad de motos que hay. Hay que vivirlo para saber lo que es. Esquivar el tráfico también parecía que iba a ser complicado, pero sólo hay que fijarse como cruzan ellos e imitar,... de este modo la cosa se simplifica, sólo hay que empezar a cruzar sin miedo, el resto lo hacen ellos esquivándote. 

A pesar de ser un país comunista, hay bancos por un tubo, tiendas de marcas de lujo americanas y europeas, hoteles americanos de lujo, franquicias de comida,... Ay si el tio Ho levantase la cabeza!!! En cualquier caso Ho Chi Minh parece ser un dios y su retrato aparece en los billetes, además se puede visitar su mausoleo y un museo que le hace honor ya que fue un revolucionario que luchó por la liberación y unificación de su país.

Desde Hanoi es muy fácil ir a la Bahía de Halong. Tres horas y media en guagua bastan para llegar a divisar semejante espectáculo de la naturaleza. El día estaba nublado, pero nuestros ojos brillaron cuando pudimos ver que era real lo que veíamos, que no era ningún decorado y que nosotros estábamos allí. Rocas que emergen del fondo del mar cubiertas por una vegetación verde que hacen a los ojos de cualquiera un espectáculo. Son más de 3000 islas y los ojos no alcanzan a divisar el fin del paraje natural patrimonio de la humanidad. 
 Poblado de pescadores que viven en casas flotantes
En la visita también se va a ver unas impresionantes cuevas excavadas por el agua de la lluvia dejando estas formas caprichosas que todavía hoy siguen creándose.

Un saludo a todos y hasta la próxima entrada. Muaaaaaaaaakkkk!!!!!