viernes, 13 de abril de 2012

Bangkok III

Para los que nos vienen siguiendo sabrán, por la lectura de la anterior entrada, que nuestra llegada a Bangkok ya no iba a ser triunfal. Cogimos la guagua de las 13h en vez de la de las 10, nos chupamos la hora punta de la macro ciudad y, para que se hagan una idea, tendríamos que haber llegado a las 7 y nos bajamos de la guagua pasadas las 9.

Última parada, estación del este (claro, veníamos de esa dirección) así que a la avenida principal para coger otra guagua que nos dejara en el barrio donde nos alojaríamos (Banglamphu). Otra hora en guagua (seguía siendo hora punta y es un trecho bastante largo, prácticamente hay que cruzar la ciudad de este a oeste) y a buscar cama. Aquí se complica todo. Esta vez habíamos decidido irnos a la zona de Samsen a buscar. Son más baratos y de mejor calidad, pero estaba todo lleno,... Claro, a esa hora,... Ya pasadas las 10. ¿Y qué hacemos? Yo me quedo con las mochilas y Migue se mueve a buscar. Llega enchumbado. El calor es pegajoso y tenemos el cuerpo como si no nos hubiéramos duchado en días. Llega y dice que no hay nada, que lo que queda es excesivamente caro, que hay otros lugares donde no le abren la puerta (ya son las 11 por lo menos),... Así que a por nuestro último as, repetir sitio de nuestras dos veces anteriores en la ciudad, y si no, decidido: nos vamos de fiesta hasta por la mañana (aunque tampoco teníamos muchos baths hasta la mañana siguiente que cambiaríamos, aunque nos lo hubiésemos estallado todo a gusto). Pero nuestro sitio no falló. Nos reconocieron nada más entrar (bueno a la barba) y sin hacer check in porque ya nos conocían, teníamos nuestra habitación de siempre. La sorpresa fue al pagar al día siguiente, que la habían subido de 240 a 280 baths, así que ya descansados y duchados, nos vamos dirección Samsen y encontramos el sitio que buscábamos la noche anterior (recomendado por unos chicos a los que hemos conocido a través de los blogs y se salen!!!): Home and Garden, en Samsen Soi 3 (a menos de 10 minutos de Kao San caminando) y el precio son 180 sin wi-fi y 200 si lo vas a utilizar. La habitación está limpia y el lugar es tranquilo y agradable. La dueña, una viejita encantadora con muy buen inglés y no te da el coñazo para nada. Baños compartidos pero muy limpios.

Ya instalados de verdad, pasamos 3 días caminando la ciudad y descubriendo lugares nuevos y visitando mercados y puestos callejeros, realizando las últimas (pocas) compras y viendo como caía alguna que otra tormenta.
Bangkok es una ciudad que ha sabido combinar, a la perfección, lo tradicional con lo moderno y cosmopolita. Los edificios más modernos crecen en barrios que colindan con China Town, y las formas tradicionales de cocinar no se olvidan. Arriba, arroz cocinado al vapor con bambú.
Mercado que está en Yaowarat. Infinidad de tenderetes y callejuelas llenas de locales y puestos de comida aglutinados por gremios en medio de China Town. El colorido y la expectación están aseguradas.
Monumento a la democracia.
¡Cómo nos ha gustado esta ciudad! Y el barrio de Banglanphu, donde está Kao San, es para vivirlo.
Tuk tuk en Kao San en medio de una de las tormentas que no impidieron que hiciéramos cosas, refrescaba el ambiente y se agradecía mucho (llovía 1 ó 2 horas sólo)
Después del diluvio, unos de los canales de Bangkok (por eso se la llamaba la Venecia de Oriente) nos dejó ver este lagarto varano gigante con sus crías.


Una de las cosas que tiene el país en general, y que es para aplaudir, es la tolerancia entre todas las religiones que conviven pacíficamente en Tailandia. En este caso, una señora realizando ofrendas a un dios hinduista a pesar de que la religión mayoritaria es la budista. También en la estación de guaguas del sur, vimos habitaciones para que los musulmanes realicen sus rezos en privado. Increíble.

En pocos días contaremos la peripecia con el aviso de tsunami que tuvimos estando en Ko Phayam, una isla de la costa de Andamán. Hasta entonces, muchos besotes a todos. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Primos!!!! Veo que siguen superando obstáculos cada día, lo mejor es quedarse con la parte positiva, al final se soluciona y a pasar pagina, me alegro y les animo a que sigan tan fuertes y positivos, así debe de ser, que las circunstancias no puedan con ustedes. Bueno, como siempre disfrutando de esa lectura tan bien argumentada que nos hace vivir el viaje como si estuviésemos ahí. Me quedo expectante con lo del tsunami jejeje, menudo susto....

Un besote muy fuerte, Marivi.

Anónimo dijo...

Vividoreeeeess!! Pásenlo bien en Tailandia, aunque reconozco que a mí me despertó más la curiosidad todo lo de Camboya!! qué ganas de escucharlos,tocarlos y olerlos, y no sólo leerlos.... un beso grande desde los madriles
Noe