Nepal es un país muy abrupto, lleno de valles y ríos, por lo que la circulación se hace difícil. Hemos sufrido los peores desplazamientos de la historia, echábamos de menos nuestro trenecito indio donde vas perfecto y muy confortable. La gente, para cruzar de un lado a otro del valle, lo hace a través de puentes colgantes,... impresionante. Vimos miles desde la guagua y pudimos fotografiar uno y que no saliera movida por los continuos baches de las tortuosas carreteras.

"Los Lagos de Pokara" como decía la canción de Héroes del Silencio,.... pues resulta que sólo hay un lago inmenso. Sin embargo, la recordaremos siempre por sus luciérnagas en la oscuridad. Bichejo interesante que desprende una luz con su aleteo,... mágico. Puestas de sol muy bonitas y mucha, mucha tranquilidad.
Templo hinduista en medio del lago al cual se puede acceder en barca.
Pokara es un sitio turístico pero se le puede ver el lado más nepalí en la Pokara antigua, donde aún permanecen casas típicas a pesar del boom de la construcción que se está sucediendo y en sus gentes trabajadoras.
Estamos en la estación seca y el nivel del lago no esta en su plenitud, pero aún así se pueden dar paseos agradables en barcas de pedales o de remos.
Paseando por el lago sin prisa y con pausa.
Esta es nuestra última experiencia nepalí puesto que llegamos a India de nuevo pasando algunas incertidumbres respecto al visado, pero todo salió bien y aquí estamos. Un beso enorme a nuestra gente y a la que no también.
PD: El Mundo es como un libro, los que no viajan sólo leen una pagina. (Teólogo del cual no me acuerdo su nombre, sorry.)