Hue
Por fin dejamos el frío atrás y llegamos a Hue, ciudad de los emperadores, donde estuvieron por siglos y la que fuera capital de Vietnam hasta 1945. Bañada por el río Perfume, para nosotros no tuvo más encanto que el gastronómico, aunque tiene una ciudadela donde están todos los monumentos y edificios de la época imperial, bordeada por una muralla que la envuelve y la separa de la nueva ciudad y el bullicio.
Pero es en esta región del país donde hemos probado diversos platos típicos vietnamitas por muy poco dinero, aunque por el hecho de ser extranjeros pagamos significativamente más que ellos. En cualquier caso, para nuestros bolsillos es muy asequible y sigue siendo barato, aunque a veces sea molesto ver que por lo mismo a ti te cobran más,.... Los vietnamitas estos...!!!
Esta tortita frita de harina de arroz se envuelve con el papel de arroz y se come mojándolo en la salsa de manises. Su nombre es Banh Xeo (7000 dongs cada una)
Estos platos tienen una base que es el arroz, ya sea en forma de harina y frita o en forma de tallarines. Luego, se acompañan de langostinos, carne de cerdo guisada, que se asemeja el sabor muchísimo a nuestra pata asada, y muchas hortalizas de hojas y hierbas aromáticas. Las salsas son también indispensables para acompañar cualquier plato, desde la de manises con chili hasta una parecidísima a nuestro mojo picón, pero cuando digo parecida, es por no decir igual, aunque,... no sé yo si hay mojo picón taaaannn picante, pero el olorcito a ajo apetecible del mojo, lo tenía. De hecho fue una sorpresa, no tan grata, que picara tanto.
Hoi An
A Hoi An llegamos desde Hue en tan solo 4 horas en guagua. Ésta es la ciudad de los sastres y farolillos, ciudad pintoresca donde las haya. La que fuera una ciudad multicultural habitada por chinos, japoneses, holandeses y franceses dedicada el comercio, aún mantiene un encanto extraordinario con su casco antiguo y casas de color amarillo adornadas por farolillos de color rojo en su mayoría y declarada Patrimonio de la Humanidad.
Cao Lau. Plato típico y único de Hoi An. Delicioso.
Tiene una playa a 5 km. a la que fuimos caminando el primer día y en bici el segundo (hacía demasiado calor como para repetir la experiencia). Lo mejor de la playa fue llegar empapados en sudor y comprobar que el mar de la China Meridional está frío. Eso fue el regalazo que nos pegamos después del pateo. La playa está, además, bastante bien. Arena fina y amarilla blanquecina y mar transparente. Una delicia. Y la ruta hacia la playa es bastante encantadora con arrozales y la vida local alrededor del río,... quizás por eso el agua del mar no estaba excesivamente salada.
Mucha gente acude aquí exclusivamente por su belleza, otras por su historia y otras por la oportunidad de que cualquier sastre te haga en horas, una prenda única por un precio irrisorio comparado con los precios occidentales. También te hacen zapatos, sandalias, tenis, botas,...a medida.
Esto por ahora. En pocos días más cositas nuevas que contar.
Besos miles a todos.
Besos miles a todos.