Asia: Norte de Vietnam

Sapa

Para llegar a Sapa, antes teníamos que salir de Laos, el visado se acababa y si no queríamos pagar una multa de 10$ diarios por permanecer en el país sin "permiso" ya nos valía salir pitando y que todo nos saliera bien. Así que el procedimiento fue el siguiente: despertarnos a las 5am para coger una guagua que nos llevaría a la frontera, y que tras pasar el puesto policial de Laos, nos llevaría al de Vietnam para que nos sellaran el pasaporte y así poder entrar al país. (En Vietnam no hacen visas on arrival, hay que hacerla previamente en la embajada, nosotros la hicimos en Vientiane, capital de Laos) Cola de rigor para salir con pasaporte sellado más cola de rigor para entrar también con pasaporte sellado. Esto es así cada vez que salimos y entramos en un país nuevo.

Good morning Vietnam!!!!!

Ya dentro del nuevo país se disiparon nuestros "miedos" ante la pedida, por parte de las autoridades, de un posible "extra". Esta vez escapamos de los dólares que a veces, y dependiendo por qué entrada pases, te piden o no. Nosotros entramos por Tay Trang dirección Dien Bien Phu, donde finalmente te deja la guagua, pero esta entrada en épocas de lluvia no debe de ser muy recomendable, aunque están construyendo una nueva carretera que en un par de años será buena para transitarla en cualquier época del año.

Otra vez país nuevo, dinero nuevo, costumbres nuevas, horarios nuevos,.... Aunque los países estén pegados uno al lado del otro, las diferencias son grandes. En Dien Bien Phu teníamos que hacernos con dinero, si no, no podríamos comprar la guagua que nos llevaría hasta Sapa, así que a esperar dos horas a que abriera el banco, pero esta espera nos hizo perder la guagua que queríamos coger y nos tuvimos que conformar con coger una más tarde que nos dejó en Muong Lay, lugar nada recomendable para hacer noche, pero no teníamos más alternativa. Ya era de noche y no había más transporte.

Al día siguiente por la mañana cogemos una guagua que en teoría nos llevaría hasta Sapa, pero nada más lejos de la realidad porque nos dejó en medio de un pueblo que nosotros no reconocíamos,... pero dónde estábamos? Después de la liada que le armamos al de la guagua por querernos cobrar 200 mil dongs a cada uno por el trayecto, y por supuesto nosotros negarnos (la llevan clara los vietnamitas estafadores con nosotros), al final llegamos a un acuerdo de 90 mil cada uno, que supuestamente es el precio del trayecto. Tras esto, se nos acerca uno para indicarnos que la guagua de Sapa saldría en media hora. Ya desconfiábamos del precio que nos decía éste. Con la mosca detrás de la oreja, y después de haberle dicho al de la otra guagua de todo, confiamos en que todo iba a estar bien a partir de ahora.

Llegamos a Sapa al medio día sin ningún problema más. El camino, carreteras de montañas, es precioso. Pudimos ver los arrozales, que aunque secos porque no es época ahora en esta zona, bien merecen una foto. También tuvimos la suerte de llegar por el Tram Ton Pass, famoso desfiladero, parecido a nuestros barrancos pero a gran escala, lleno de arrozales en escalones que hace a la zona atractiva por su belleza. El frío ahora es un inconveniente, pero aún así, disfrutamos con las mujeres de las aldeas cercanas que se pasan el día entero en Sapa intentando vender su artesanía. Ellas son lo mejor de este pueblo, ya que de por sí la ciudad no dice nada, de hecho es una ciudad creada para alojar a los turistas y con la parafernalia que esto conlleva: restaurantes occidentales, hoteles de lujo, cafés,..... Normalmente está con niebla durante todo el día, pero esto sólo nos pasó el último y pudimos pasear y conocer el lugar por nosotros mismos bajo un sol abrasador.